"Drácula: lo diabólico, el que se aleja de la luz, el que no acepta los hechos, separándose de ellos. Cuando el príncipe azul de los sueños es un desesperado se convierte en Drácula, el príncipe de las tinieblas, y su maldición consiste en perseguir y devorar la luz, al no poder subsistir del amor del que le han separado...
La contradicción es el tormento, la condena de todo muerto en vida, un suicida que pasa a formar parte de los ángeles caídos. Ángeles que se precipitan al abismo, como la caída y muerte de la mujer que un día este ser, fue capaz de amar.
Drácula sigue sus pasos de arrebatada rebeldía. No acepta su muerte, no acepta su condena , no acepta las leyes del mundo, odia la tierra que es sagrada porque lo sagrado le arrebató el corazón de las manos, no acepta a un Dios que condena eternamente y por eso reniega de ese Dios, comparte su dolor con los vivos, dándoles un paseo por las tinieblas infinitas. Haciéndoles comprender así su eterno sufrimiento".
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